Por las fechas, corríamos el riesgo de que llueva, empezamos en estudio con maquillaje, casi todos puntuales, mientras yo terminaba de dar retoques a las luces.
De repente, la niña tímida ya lucía como una bailarina profesional, ella calentaba, todos conversábamos y empezamos la sesión.
Tenía unas referencias que me interesaba realizar, y lo conseguimos, a nuestro gusto y estilo.
Después de unos sánduches, salimos al parque para realizar la segunda parte. Llegamos y esta vez teníamos otro atuendo, elegimos un leotard y un conjunto rojo.
Destaco aparte del talento de Paula,la experiencia previa que tuvo otros fotógrafos, lo que facilitó mi trabajo, esto sumado a la dirección artística de Gustavo y a la inspección de los detalles de Paula, sin prisas, repetimos algunas cosas hasta que nos agradaba.
Finalizamos cansados y rematamos con unos helados. La ayuda de mi esposa, la mami y hermana de Paula, Daniela y las ocurrencias de mi hijo, complementaron la producción.
Ahora faltaba la postproducción, la bendita y necesaria edición. Entre 60 y 90 minutos por fotografía, para dejarla mucho mejor.